Júpiter
podría ser un planeta,
el Este una canción de cuna y la noche un libro viejo.
el Este una canción de cuna y la noche un libro viejo.
Podría incluso romper a llover en tu nombre
cubrirlo
todo de lodo y aun así
seguiría
intentando salvar de este cuento el final.
Muerto el
perro, nos tragamos su rabia.
Y no nos
supo tan mal.
Agárrame
fuerte, estoy a dos líneas de echar a volar en contra de mis principios.
Voy a acabar
contigo. Creo que empiezo a quererme.
Compraré
otra cajetilla para celebrarlo. No me va eso de llorar.
Vendrán
tiempos de guerra y falta de agua y no tendremos
ninguna
victoria que llevarnos a la boca.
Después los
siglos del hambre y lo que nunca supimos decir a ojos del viento.
Pinto este
cuadro de tempestades de rojo y lo llamo tu boca.
Recuerdo,
duermo, recuerdo, sueño, recuerdo, me masturbo, te echo de menos, olvido,
poesía, olvido y celebro el llanto de después del funeral al que nunca asistí.
Ya no peco
de valiente.
A veces
tengo miedo, me llevo las manos a los hombros y me digo
-llora aquí, niña, llora aquí, es todo lo que te queda por hacer en la vida.
-llora aquí, niña, llora aquí, es todo lo que te queda por hacer en la vida.
Enterraste a
tu padre,
perdiste a
tu hermano,
odiaste a tu
madre y ya no tienes a nadie
a quien
contarle la falta que le hace a este mundo una sonrisa de hogar-.
Trece horas
después vuelvo a esta casa que no es mi casa
porque nunca quise llamarla así,
porque nunca quise llamarla así,
me tumbo en
la cama y fuerzo las ganas de vivir en mi propia contra.
-Desde la
historia que luchas, construyes y sueñas-.
Bien venidos
a mi montaña de ruinas. No tengo entrada principal, ni salidas.
Queda
terminantemente prohibido correr por los pasillos,
todo es
bosque y asfalto.
Espero que
os guste.
Os lo habéis
ganado.
Por ello he
sangrado de manos, pies y voz.
He vivido en
terminales, muerto algún festivo y resucitado a golpe de jueves.
Todas mis
vistas son un puñado de huesos pulidos a base de intentos fallidos.
Los ojos
girados mirando hacia dentro, buscando encontrarme de nuevo,
dejar de
crecer de este modo, ser cría y saltar a la comba,
jugar a la
rayuela, apostar a los dados sin miedo a perder,
esconderme y
que nada ni nadie me encuentre.
Soledad, -dijiste-,
tienes el pelo repleto de sal y cicatrices de risa
y vives en
el centro de la terminal en la que nunca se pierden los trenes.
Soledad, -dijiste-,
un vals por nosotros. Abrázate fuerte si te faltas.
La distancia
es solo una carencia de léxico.
Querer no
existe, no puede darnos miedo.
Perder es
descubrir, soledad.
Tendríamos
que empezar a hablar de la ropa.
¿Cuánta cabe
en tu maleta después de llenarla de sueños?
¿Cuántos
cuentos estás dispuesta a dejarte sobre la mesilla de noche?
¿De cuantas
princesas sientes envidia? ¿De cuantos villanos?
Dime juego y
jugamos.
Júpiter
podría ser un planeta.
El Este una
canción de cuna y la noche un libro viejo.
Pero Venus
siempre será el beso que nunca nos dimos.
El sur tu
ombligo y solo tu ombligo.
Y los días la peor parte de las pesadillas.
Rastrojos,
ahora el paisaje es todo rastrojos y tu queriendo encenderme.
Tienes en la
parte posterior de tu cuerpo una maleta cargada de por nosotros.
Déjame
abrirte.
Fueron
felices y cosieron heridas. Cicatrices. ¿Te suena?
Cuando todo arda
bailaré la danza del fuego y lloverá por lo que nunca lloramos.
Este solo es
otro modo de limpiar el bosque.
A ver qué
puedes hacer con un puñado de tierra seca,
con un
montón de piedras, con nada.
Repito,
muerto el perro nos tragamos su rabia.
Eras la
ceniza que había antes del fuego.
Llevas ya
seis vidas, y un funeral.
Echa cuentas
o serán ellas las que te echen a ti.
Es hora de
volver a casa cariño, no lo ves?
Me duelen
los pies de bailar sobre el lodo
y la
garganta del grito y la cabeza de soñar imposibles.
Deja de Mentirme.
Deja de Mentirme.
Júpiter,
solo podía ser un planeta.
Que ganen
los malos. Nos lo merecemos.
Matamos con
nuestras propias manos a los buenos.
Es hora de
volver a casa cariño, no lo ves?
Estoy
cansada, no quiero hablar, reír, caminar, llorar, soñar, ni mantenerme en pié.
Abrázame
asfalto negro tinta.
Enciende el
cigarro por mí, hoy es día de fiesta.
Me cuesta
respirarte.
Hueles
diferente, eres otro.
Perder te
está cambiando, puedo ver cómo te mueres.
¿Es esto lo
que compramos?
¿Es esto lo
que quieres?
La vida es
un juego.
Dime
¿Cuántas
veces podemos matar al perro?
Dime amor
¿Cuánto de
tanto?
¿Cuánto de
intento?
¿Cuánto de
cuento?
¿Cuántas
veces podemos
matar al
perro
y cuánta rabia
estamos
dispuestos
a tragarnos?
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