Voy a cerrarnos con un beso el pasado como quien cierra la
puerta de atrás después de irse
Para no volver.
Voy a echarte de más hasta aburrirme, este es el plan.
Quiero despertarte como si nunca pudiese hacerlo antes.
Voy
a acostarme contigo como si la horizontalidad fuera también, luchar contra la
gravedad que te lleva.
Voy a parar todos los trenes que haga falta para que no
te vayas.
A congelar las terminales en pleno Agosto,
a crear tormentas en todas
partes,
a inundar esta ciudad de desastres para aprender a navegar de tu mano.
Voy a ahogarme en el baso de agua que dejas sobre la mesa antes de dormirte
para que tengas que venir a salvarme.
Voy a volar más alto de lo que nunca
imaginaste para que te crezcan alas por seguirme.
Voy a aburrirme de
escribirte, para desear leerte.
Voy a besarte en miedo,
quererte en beso,
y
mirarte en braille.
Voy a desaparecer para que vengas a buscarme.
Para que
aprendas a despedirte tú también,
para que te duela perder y te veas sin poder
ganarme esta carrera de imposibilidades.
Voy a sentirte hasta cuando no pueda
tocarte, y a correrme para acercarme una y mil veces.
Voy a hacer la cama con
las ganas de deshacerla, la comida con la esperanza de que vengas, las duchas
con el desnudo de que seas, solamente tu el motivo de acabar temblando, y nunca
sea de frío.
Voy a besarte en la nuca,
en el codo izquierdo en el cuello,
en la
parte posterior de tu rodilla mala,
en la cadera en el ombligo
en la espalda
en
el tercer lunar impar de todos los días pares en los que pueda encontrarte al
llegar a casa,
pero jamás te besaré en la boca.
Y no voy a decirte que te
quiero porque lo imposible a esas alturas ya sería no hacerlo.
Si no lo
entiendes, explícame tú.
Yo hace mucho tiempo que dejé de verlo.
Voy a
agarrarte de la mano justo antes de llegar al Norte.
Voy a llevarte a aquella playa que solo y siempre
lleva tu nombre.
Voy a espumarte la sonrisa y a quitarte el verde de los ojos
al mirarte.
Voy a robarte hasta lo que nunca tuviste.
Voy a hacer de todo
contigo, sin llegar a conocerte.
Voy a atarte a la cama de pies y manos solo
para suplicarte que no te vayas.
Después voy a soltarte para ver como lo haces
y hacia donde miras y si te giras
en el ultimo momento, para lanzarme un beso.
Y cuando ya no estés, voy a decirte que sí, te quiero.
Que te quiero más que a mí y
que por eso no me encuentro,
que yo nunca me aburro de echarte de más,
pero que
estoy harta de echarte de menos.
Que la falta que me haces es una absurda
carencia de léxico que no me deja explicarme.
Este es el plan.
Voy a soltarte
Solo para ver
Si vienes a buscarme.
Para no volver.
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