He aprendido
que es más fácil hacerte un hueco en un cajón que entre mis líneas.
Cruzar las
agujas del reloj y parar el tiempo, a cruzarme contigo aunque lo intente.
Describirte
con miradas y sonrisas, a tener que hacerlo con palabras.
Versarte, a decirte que te quiero.
Es más fácil
inventarse mil excusas, a decir una verdad.
Salir
corriendo en plena guerra, que plantarle cara a los contrarios.
Bajar la
cabeza antes que mirar a los ojos a esa persona que en realidad, busca en ti un
abrazo.
Olvidar
días, que meses.
Por eso,
nunca hemos llegado a llenar un calendario.
Por eso y
porque tú, ni lo has intentado.
Y yo, he
temido tener que dejar de hacerlo.
Por eso,
fuimos nada.
Demasiado
para ti, y yo me quedé con las ganas.
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