martes, 22 de marzo de 2016

Mientras cantas y el mundo baila despacito

Puedo bailar a tu alrededor y hacer que parezca solo luz en la noche.
Puedo temblar contigo si me faltas para crear caminos de vuelta.
Puedo dejar huella para ser recuerdo esotérico frío, noche, miedo.
Puedo ser mujer como principio y ser humano como fin necesario.
Puedo ser lluvia para dejarte llorar tranquila.
Puedo olvidarte y quedarme sin motivos ni razones.
Admiro las posibilidades de todos los mortales.
Puedo sentir asco en los labios y frenarlo.
Puedo estar sola y aprender a encontrarme.
Puedo volver a volver a dejarme.
Puedo arrodillarme hasta tocarme con la frente las puntas de los pies y desaparecer.
Puedo viajar sin moverme de este parque o de este bar o de esta nada.
Puedo ser el todo por el que nunca pagues un puto duro.

Puedo venderme, pero no quiero.
Puedo exclavizarme para el resto, pero no quiero.
Puedo agachar la frente y asentir mi vergüenza, pero no quiero.
Puedo quererme más y mejor y siempre.
Inmortalizarme  en dos páginas, decirte la verdad, confesar cada pecado, dejarme de todo y de todos vosotros.
Pero no quiero.... esta mierda de verano sin invierno, ni esta sonrisa sin la falta, ni esta casa sin la despedida, ni la playa sin naufragios.
No me quiero los poderes que me harán más pequeñita porque eso ya me lo hace el resto.
Oración de los reyes de nadie, en las manos del pobre de nada, del dueño de vida. 
Del querer por mi misma.

Puedo bailar a tu lado y hacer que parezca solo luz en la noche.
O puedo dejar de hacerlo y obligar a tus fantasmas a seguir tocando

Hasta que se acabe el baile.

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