Inmortal, casi hasta amoral, aferrarse a tu boca,
insaciable metal helado, pesado, mortal.
El frío de un pasado transportado a mil años luz, de ti.
Raudo pensamiento, veloz, que aparece y a un tiempo desvanece.
Vuelve a mí una mirada con gritos de invierno, de gritos de odio, de amor.
Retumba el alma que quiero dolerme en tu cuello,
que me haces falta.
Y desaparece...
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