(Si encontráis entre estas líneas su nombre no se lo digáis, es demasiado tarde y yo nunca fui de mensajes a estas horas.)
No sé como lo hiciste pero llovieron recuerdos.
No he vuelto a llorar desde que te fuiste.
Pisé nuestra playa creyendo que habría cambiado pero todo seguía igual.
Esta vez era Invierno, esa es la única diferencia,
por el resto sonaba como aquella noche y olía a ti.
Hoy me obligué a escuchar de nuevo Extrechinato
mientras lo gritaba, hasta que me di cuenta de que ya no estabas
para unirte con un "espera, te sigo".
Ahí lo he parado porque un Rock&Roll con final abierto no tiene gracia.
Al llegar a casa me desnudé y eché
tanto de menos tus dientes jugando a ser fuego
que me dolí, una vez más, me dolí pero no lloré.
Juro que no lloré.
Doblé la ropa sobre los pies de la cama y esperé una noche más
un mensaje tuyo de "bajas?" hasta las tantas.
Sí, sigo con estas tonterías cariño.
Quiero decirte que veo casi todos los días a tus padres
y que siempre me arrancan una sonrisa.
Después me voy corriendo al lavabo
para que no me vean romperme por bulerías.
Siempre me han caído bien.
Te echo de menos, y por el momento
no he pensado en dejar de hacerlo.
Creo que te quiero por utopía
y ya no lo veo como un problema, sino como un juego.
Sigo buscando un final para acabar este cuento,
porque para lo que me estás queriendo
si aparece no me lo pienso, publico.
Ahora si tú me dices ven, dejo este vuelo y me quedo.
Juro que me quedo.
Porque el modo en el que tus ojos cambian de color en cada huida
siempre fueron la manera más bonita de perderme,
queriendo quererte, más que a nadie.
El cariño es otra historia, supongo.
Al igual que la distancia de seguridad que decidimos mantenernos
para no empezar por las cenizas. Me gusta pensarte así.
Por momentos quiero desaparecer, solo para que
empieces a echarme de menos, si es que puedes.
Todavía sueño con verte volver, y plantarme un beso
que crezca de golpe y arregle
este desastre de costuras abiertas sin remedio feliz.
Sigo aquí, no lo olvides nunca,
sin decir, nada malo de ti.
Pensando que todavía
no se nos ha acabado el tiempo,
aunque no haya forma posible
de avivar el fuego.
Entre tanta ceniza.
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