domingo, 10 de mayo de 2015

Asfalto negro tinta

Júpiter podría ser un planeta,
el Este una canción de cuna y la noche un libro viejo.
Podría incluso romper a llover en tu nombre
cubrirlo todo de lodo y aun así
seguiría intentando salvar de este cuento el final.

Muerto el perro, nos tragamos su rabia.
Y no nos supo tan mal.

Agárrame fuerte, estoy a dos líneas de echar a volar en contra de mis principios.
Voy a acabar contigo. Creo que empiezo a quererme.
Compraré otra cajetilla para celebrarlo. No me va eso de llorar.
Vendrán tiempos de guerra y falta de agua y no tendremos
ninguna victoria que llevarnos a la boca.
Después los siglos del hambre y lo que nunca supimos decir a ojos del viento.
Pinto este cuadro de tempestades de rojo y lo llamo tu boca.

Recuerdo, duermo, recuerdo, sueño, recuerdo, me masturbo, te echo de menos, olvido, poesía, olvido y celebro el llanto de después del funeral al que nunca asistí.
Ya no peco de valiente.
A veces tengo miedo, me llevo las manos a los hombros y me digo
-llora aquí, niña, llora aquí, es todo lo que te queda por hacer en la vida.
Enterraste a tu padre,
perdiste a tu hermano,
odiaste a tu madre y ya no tienes a nadie
a quien contarle la falta que le hace a este mundo una sonrisa de hogar-.

Trece horas después vuelvo a esta casa que no es mi casa
porque nunca quise llamarla así,
me tumbo en la cama y fuerzo las ganas de vivir en mi propia contra.

-Desde la historia que luchas, construyes y sueñas-.

Bien venidos a mi montaña de ruinas. No tengo entrada principal, ni salidas.
Queda terminantemente prohibido correr por los pasillos,
todo es bosque y asfalto.
Espero que os guste.
Os lo habéis ganado.
Por ello he sangrado de manos, pies y voz.
He vivido en terminales, muerto algún festivo y resucitado a golpe de jueves.
Todas mis vistas son un puñado de huesos pulidos a base de intentos fallidos.
Los ojos girados mirando hacia dentro, buscando encontrarme de nuevo,
dejar de crecer de este modo, ser cría y saltar a la comba,
jugar a la rayuela, apostar a los dados sin miedo a perder,
esconderme y que nada ni nadie me encuentre. 

Soledad, -dijiste-, tienes el pelo repleto de sal y cicatrices de risa
y vives en el centro de la terminal en la que nunca se pierden los trenes.
Soledad, -dijiste-, un vals por nosotros. Abrázate fuerte si te faltas.
La distancia es solo una carencia de léxico.
Querer no existe, no puede darnos miedo.
Perder es descubrir, soledad.

Tendríamos que empezar a hablar de la ropa.
¿Cuánta cabe en tu maleta después de llenarla de sueños?
¿Cuántos cuentos estás dispuesta a dejarte sobre la mesilla de noche?
¿De cuantas princesas sientes envidia? ¿De cuantos villanos?
Dime juego y jugamos.

Júpiter podría ser un planeta.
El Este una canción de cuna y la noche un libro viejo.
Pero Venus siempre será el beso que nunca nos dimos. 
El sur tu ombligo y solo tu ombligo.
Y los días la peor parte de las pesadillas.

Rastrojos, ahora el paisaje es todo rastrojos y tu queriendo encenderme.
Tienes en la parte posterior de tu cuerpo una maleta cargada de por nosotros.
Déjame abrirte.
Fueron felices y cosieron heridas. Cicatrices. ¿Te suena?
Cuando todo arda bailaré la danza del fuego y lloverá por lo que nunca lloramos.
Este solo es otro modo de limpiar el bosque.
A ver qué puedes hacer con un puñado de tierra seca,
con un montón de piedras, con nada.

Repito, muerto el perro nos tragamos su rabia.
Eras la ceniza que había antes del fuego.
Llevas ya seis vidas, y un funeral.
Echa cuentas o serán ellas las que te echen a ti.

Es hora de volver a casa cariño, no lo ves?
Me duelen los pies de bailar sobre el lodo
y la garganta del grito y la cabeza de soñar imposibles.
Deja de Mentirme.
Júpiter, solo podía ser un planeta.
Que ganen los malos. Nos lo merecemos.
Matamos con nuestras propias manos a los buenos.

Es hora de volver a casa cariño, no lo ves?
Estoy cansada, no quiero hablar, reír, caminar, llorar, soñar, ni mantenerme en pié.
Abrázame asfalto negro tinta.
Enciende el cigarro por mí, hoy es día de fiesta.
Me cuesta respirarte.
Hueles diferente, eres otro.
Perder te está cambiando, puedo ver cómo te mueres.
¿Es esto lo que compramos?
¿Es esto lo que quieres?

La vida es un juego.

Dime
¿Cuántas veces podemos matar al perro?
Dime amor
¿Cuánto de tanto?
¿Cuánto de intento?
¿Cuánto de cuento?
¿Cuántas veces podemos
                                         matar al perro
                                         y cuánta rabia
                                         estamos dispuestos
                                         a tragarnos?



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