jueves, 21 de mayo de 2015

Decidme, señores.

En qué momento, señores, disculpen la irreverencia,
dejamos de soñar como niños de ojos abiertos a vuelos y caídas que abrían mares al centro de la tierra
y nos pusimos a llorar como los adultos que se esconden del miedo,
que sienten el miedo,
que se cubren la cara
con las manos del miedo
y se acuestan con él cada noche?

En que absurdo momento, señores,
disculpen las molestias,
decidimos pedir perdón para justificar lo que no nos creemos?
Porque, a quién queremos en gañar? Nunca quisimos creerlo
y seguiremos sin hacerlo.

Vuelvo a preguntar.
En qué absurdo, amoral, mortal, decisivo a la par que estúpido e irremediable momento
dejamos de soñar como niños y
rompimos a llorar como adultos?
En que momento dejamos de rasparnos las rodillas
para apuñalarnos por la espalda?
Cuándo fue la primera vez
que cambiamos el sabor del caramelo
por el de la moneda en mano?
Cuándo hicimos caso a los que dijeron que todo estaba inventado?
Por qué ya no a los castillos hinchables,
a las tardes de escondite en el parque,
a las carcajadas sin motivo?
Por qué ya no a no buscar el motivo
sino a vivir con él?
En qué momento maletín de empresa y no a esa mochila de superheroe?
En qué momento la corbata con la que nos cuelgan
y no la comban para saltar los miedos?
Cuándo el im- de las posibilidades?
Cuándo el iva- de la vuelta de las vacaciones?
Cuándo el no- del poder de reyes en nuestros padres,
del dinero en cartones rotos,
del quiero por que me da la gana?
En qué momento dejó de darnos la gana lo unico que podíamos perder?

Disculpen las molestias, no voy a disculparme.
Por qué pedir perdon pudiendo besar la yaga?
Por qué llorar pudiendo volver a casa?
Por qué no jugarse la vida si es música y no nos bailamos los miedos?
Por qué compramos un tiempo si lo unico que vamos a hacer con él será venderlo a precio de coste,
envejecernos hasta que pase?
Qué es lo que  pasa?
El tren tardará un minuto en llegar,
Por qué no nos gusta esperar?

En qué momento dejaron de gustarnos las esperas si veíamos el verano como el sin planes más bonito del mundo y queríamos una vida de juegos hasta ver venir a la muerte de frente y una vez con ella en el parque de siempre decirle
"al piedra papel tijera. Juegas?"

En qué momento dejamos de jugar como niños
y rompimos a llorar como los adultos
que nos vendieron ellos,
pero que nunca compramos?

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