martes, 26 de mayo de 2015

Empiecen la historia y luchen


A sabiendas de la capacidad que poseen para almacenar la soledad en un vagón de metro dudábamos que tuvieran la misma para hacernos llorar. Y lo hicieron.

Nos dijeron "tanto para cuanto, el resto todo impuestos".
"Podrías ser mejor, pero no serías tú mismo." Así que matamos al prójimo.
Nos dijeron "amor propio" y nos quedamos completamente solos.

Es hora de decir que sí, que llevamos años caminando hacia delante, que nos besamos la yaga y la sonrisa pero que todavía no nos duelen las manos de luchar, aunque nos sangren.
Que si de celebrar va esta historia tendrá que ser en grito porque va a cogernos bailándonos los miedos de un pasado en llamas.

Les debemos los días de fiesta, los "in memorian" vals orquesta, el rápido y con buena letra.
La capacidad.
Eso de "nosotras parimos, nosotras decidimos" que creyeron que nunca tendrían que repetir.

Dejaron todo bien claro, y bien alto, desde allí arriba las empujaron.

Les debemos el lo siento de volver a un país guerra,
el perdón del miedo,
los canto de cuna y muerte.

Ahora que podemos decirlo, que si sienten vergüenza es merecida y que no vamos a tenerles pena.
Ahora que ya no damos oportunidades, que ya no existe el por si acaso, el otro bando, la cordura.
Ahora que nos estamos volviendo todos locos y ni siquiera tenemos pensado pedir perdón por ello tendríamos que tatuarnos sus nombres en el pecho, dejar de pedir también permiso y entrar arma en mano a coser herida.
Ahora que ninguno es experto en nada, que nadie gana ni en su casa, que lo del máster es de otros...
Ahora que nos cuelgan de la cuerda floja demostremos dotes de trapecista, no hace tanto que nos colgábamos de los columpios para poder volar, que nos raspábamos las rodillas del salto y tragábamos tierra en batalla, no hace tanto que no llorábamos las penas que no eran nuestras, tenemos la yaga abierta, y sabemos como besarla.

Todo es recuerdo y sueño.

Les debemos aquello que hicieron antes de abrirnos la mente, y cerrar los ojos.
Puede que no haya sido suficiente, pero tenemos la portada del libro, empiecen la historia por donde quieran, este es su cuento.
Empiecen la historia por donde quieran pero quieran al menos sentirse orgullosos de quitarle el sueño a sus hijos por las noches con esas líneas.
Empiecen la historia por donde quieran y querrán seguir leyendo.
Empiecen la historia por donde quieran y querremos leerla en alto
Empiecen la historia por donde quieran, y que nos empujen si creen que todavía no hemos aprendido a abrir las alas.
Por favor, empiecen la historia, repito, por donde quieran,
pero sobre todo, luchen la historia, como se merecen.

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