martes, 24 de noviembre de 2015

Buscando tréboles de cuatro hojas.

Ya no sé cuando mientes ni cuando digo la verdad.
Me arrepiento de haber empezado, de algunos finales.
Me arrepiento de haber querido y de haber renunciado.
Me arrepiento de haber sabido y de haberme callado.
De haber tenido fe en días de infiernos.
Me arrepiento de haberme enamorado por no saber dejar de estarlo.
Me arrepiento de ciertos besos en cientas bocas.
Me arrepiento de haberme arrepentido por noches sanas.
De haberme alejado y haber negado el echar de menos.
De firmar un contrato que no me ha dejado ser feliz.
De haberme atado a una persona tan fuerte que solo quede la opción de cortar el nudo.
De desnudarme por dentro cuando tendría que haberme quedado quieta.
De haber comprado algunos libros en lugar de intentar conseguir antes el tiempo para leerlos.
Me arrepiento de casi todos mis versos por verdades como puños en alto.
Me arrepiento de todas mis guerras.
De algunas derrotas y de la mayoría de victorias.
Me arrepiento de haberle puesto a mis hijos sus ojos.
De haber dejado a mi hermano en aquella casa.
De saber que mis padres acabarían separados y no intentar impedirlo.
De no querer ser niña más tiempo.
De haberle sonreído al diablo y escupido a algunos santos.
Me arrepiento por todos los te quieros que nunca le dije a mi madre.
De no querer hacerlo.
De no haber dicho la verdad, algunas muchas veces.
De haberme comido mil mentiras sin rechistar.
Me arrepiento de pisar Madrid.
De saber cómo irme y no poder hacerlo.
De no tener más fuerza que la que se me escapa en las miradas.
De llorar a escondidas y reírme en voz alta.
De haberlo metido en mi cama por no saber cómo sacarlo.
De alguna borrachera, de alguna enfermedad y de algún que otro delirio.
Me arrepiento de su destino y de haber dejado que nos cruzáramos.
Me arrepiento de lo que digo y de lo que escribo.
De hacerlo para tener que sufrirme el estar haciendo llorar a la persona que más quiero.
De no saber sangrarme de otro modo.
Me arrepiento de mi pasado, de mi presente y de mi futuro

Pero puedo afirmar a ciencia cierta que nunca me he arrepentido:
De algunos polvos, de ciertos ojos, y de haber sido, en muy muy pocas ocasiones
conmigo
del todo
feliz.
Ahora sé que de los errores también se aprende
y que de arrepentirse nunca se gana
nada nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario