Se esperan de ti que les bajes la luna y las lleves al cielo sobre la cama, que te quedes para siempre y que siempre afines notas en su espalda. Se creen que por ser hombre culto serás justo, y...eres hombre. Te niegan pero te recuerdan más que a nada, que a nadie, y admítelo, si fueras nadie ni se acordarían de esa tarde-noche en la que les juraste amor eterno entre acordes y acabaste olvidándote de ellas eternamente. Dicho así hasta pareces el malo, es personal, no hay maldad en la persona que dice querer, tal vez solo demasiada inocencia en la crédula que las escucha. Seamos realistas, solo son ilusas con ganas de hacer historia y tú un cobarde con miedo al amor y ansia de historias, diferentes, porque sí. "No se ha bebido de la misma copa toda la vida" (dicen). Les echarás un polvo, malo, y te irás satisfecho de lo echo al interior de otras piernas que quizá ni se parezcan a las anteriores, ellas te recordarán toda la vida y con un poco de suerte, si vueles, seguirán esperándote, aunque juren no volver a caer.
Queridas, vivimos en el mundo real, aquí ni tu eres Wendy, ni él es Peter Pan.
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