Aprendimos a leernos los roces de miradas,
a mojarnos dos veces bajo la lluvia,
a desnudarnos con una sonrisa y a verlo solo nosotros.
A que un traje y unos tenis pegan todo
lo que pueda pegarse nuestra piel.
Aprendimos a no creer en las casualidades,
sino a hacer que sucedan.
A cruzarnos por las calles y gritarnos sin sabernos los nombres,
a escribirnos en secreto y versarnos en voz alta.
A robarnos el aliento con un "Hola"
y a respirar del otro cuando se acerca,
a matarnos, tal vez, un poquito, cuando te alejas.
A comernos las ganas de besarnos
y a que la espuma del café te recuerde mi moreno,
y el hielo de mi vaso tu mirada.
Aprendimos que para echarnos de menos
no tenemos que conocernos.
Y que a lo mejor, vivir, es que desees morir a mi lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario