viernes, 11 de julio de 2014

Palíndromo.

Estoy harta de volver y de no encontrarte. O lo que es peor, de encontrarte. Serio, mirando hacia otro lado, o abrazado a otra lengua que no sabe ni sabrá nunca decir “te quiero” como te lo decía yo, aunque fuese mentira. 

He caído tantas veces en ese estúpido juego de hablarte, para que me contestes, pero solo hasta donde tú quieres, que tengo un nudo de versos en la garganta que empiezan a no dejarme respirar. Y lo deshago fumando, tabaco caro, claro, y whisky malo, como todos nuestros vicios. Los que teníamos, que no eran pocos. Y empiezan a ser demasiados los intentos por olvidarnos. Y siempre acabamos igual, encontrándonos una noche cualquiera, diciéndonos tonterías al oído y mirándonos a los ojos, para que suene más creíble. 

Y yo, yo ya estoy harta de volver a hablarte para que me contestes, pero solo hasta donde tú quieres. Y de dormir abrazada a otra lengua que no sabe ni sabrá nunca decirme “te quiero” como me lo decías tú, aunque fuese mentira.


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