lunes, 15 de diciembre de 2014

A veces, no existen palabras. Si acaso recuerdos.

Hoy he visto coronas,
cobrar forma de abrazo.
Un recuerdo pagado con flores.
Lágrimas sin sentimiento,
y sentimientos sin sentido.

Hoy he visto a mi padre cargar,
una caja con el cuerpo del suyo,
y de verdad eso es algo
que no podría explicar.

A mis primos perderse en una iglesia,
sin un recuerdo por el que llorar.
A mi abuela sonreír,
a pesar de los pesares.
Y a su madre derrumbarse entre mil brazos,
que eran brazos, por ser algo, sin ser suyos.
Solo una madre sabrá de lo que hablo.

Hoy he visto gente buena,
perderse entre la gente,
y gente mala tratada,
como gente entre otra tanta,
y gente, demasiada gente.

Cuando solo quieres un abrazo
de la persona que se va,
y no ganas soledad ni a gritos,
de ahí el callar por otorgar.

He besado un cristal con su cara al otro lado,
y después todo se ha quedado,
vacío.
Media sala, cien recuerdos, una infancia,
cuatro hermanos, tres hijos, una reina
y una dama.
Demasiado tabaco, demasiados bares
y demasiadas ostias, por ambas partes.

Hoy he visto, y he sido la última
en haberte visto, y quisiera verte,
fruncir el ceño de nuevo.
Le arranqué después una sonrisa
a mi abuela y un te quiero.

Entré en la iglesia pasados años.
Volvieron a verme pasados años.
Te quiero tanto pasados años.
Alguien hablaba, yo no escuchaba.
Miraba al frente y en frente tú.
Ni yo respiraba,
ni a ti te hacía falta.

Hoy he visto a mi padre cargar,
una caja con el cuerpo del suyo.
Algo que nunca sabré explicar.
Una persona volar kilómetros
por años y sangre y por un hermano.
Llegar de golpe y parar el tiempo.

Un cementerio ponerse en pie,
demasiada gente y la misma ausencia.
Si fuera de día sería distinto,
pero siempre llegamos tarde.
Rompió a llover.

Como el sabor en boca
de un millón de flores,
los ojos hinchados,
y ver malabares
del pasado.
Como callar a la vez
que se cierra una tumba.
Somos un poco así,
todos los días.

Un puñado de lágrimas.
Una madre llevándose
las manos a la cabeza
por un hijo que solo supo llamarla.
Hasta el final.

A mi padre cargar,
una caja con el cuerpo del suyo.
A una reina llorar.
Y todo un pueblo intentando consolarla.

Hoy he visto gente intentando comprar
al amor, el recuerdo y pedazos de tiempo.

Hoy he visto algo
que nunca sabré explicar
con las palabras que le puede dar
un vivo a un muerto.

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