Y mira que nunca me he considerado religiosa, sin embargo,
sé lo suficiente como para darme cuenta que aunque tengas el nombre de un
apóstol, a mí solo me recuerdas a un tal Judas. Entonces llegará un momento, en
el que ese beso dejará de ser por nosotros, y empezará a ser por ti, por una
despedida. Seré una egoísta si te digo que haría lo que fuera por que te
quedaras, aunque quieras irte.
No sé tú, pero yo, te quiero conmigo, aunque sea
sin mí.
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