He probado los abrazos a distancia, los polvos en lavabos,
los besos aleatorios, las noches sudando, las sonrisas a deshora, el placer.
Me he perdido hasta aburrirme en habitaciones de hotel, y
quién no lo ha hecho. He mordido por morder los labios de un paseante en plena
gran vía, y esa noche hubo fiesta en la cocina.
También he gritado bajo las estrellas una noche, y otra, y
otra. He fumado de distintas bocas, y me he perdido en paladares de todos los
sabores.
Y lo que buscaba todo ese tiempo era alguien como tú, un
abrazo calentito, hacer el amor en un baño, comerte a besos, sudarte,
sonreírte, disfrutarte.
Buscaba quererte hasta aburrirme en cualquier hotel, para
volver a tu cama. Morderte los labios en plena gran vía hasta hacerte daño y
que no puedas quejarte, y pedirte perdón teniendo fiesta en la cocina.
Buscaba gritar bajo las estrellas una noche, y otra, y otra.
Fumar solo de tu boca, perderme entre todos los sabores de tu paladar durante
horas.
No te das cuenta que esto, es lo que quiero, todo lo que me
das, todo lo que me quitas y saber que volverás con un beso y los ojos
sonrientes. No te das cuenta, cariño, que aunque no duermas conmigo, la cama se
me hace un poquito menos grande si sé que
te tengo a ti.
Le he cogido asco a salir, beber y beberme las ganas de
alguien cualquiera, o de él, pero no de ti. Y manía a los piropos fáciles, a
las sonrisas tontas, a las miradas pornográficas, a los roces de cintura, a las
peticiones de Facebook, a los guiños y a las copas invitadas.
Le he cogido asco
a todo lo que no viene de ti,
y tengo miedo a no querer,
que nunca,
nadie,
que
no seas tú,
me agarre de la mano,
aunque sea para dar un paseo.
Y, ya me has soltado, y te estás yendo.
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