lunes, 15 de septiembre de 2014

GUERRAS DE SANGRE




Suena como un disparo en la boca
y solo es un portazo 

sin saludo de por medio. 


Convivimos, como afganos en plena guerra.

Sobrevivimos,

sin conocer la palabra tregua.


Nos sangramos los ojos

como si nos los arrancaran 

cada vez que nos miramos.


Nos juramos en silencio, y a gritos

que jamás volveremos a vernos

cuando nos digamos adiós.

Nos vestimos con chalecos antibalas.

Nos armamos todas las mañanas

de granadas y mentiras

para poder encontrarnos
sin arriesgar la vida.


Ella y yo inventamos

la primera guerra de sangre

proclamada bajo cero

Sin más gobierno que unos genes

enfrentados por te quieros 

que nunca pronunciamos.


Ella y yo inventamos

campos de desconcentrarnos,

minas antisonrisas,

un diccionario a parte
sobre la muerte y sus aliados,
sobre nosotras.


Y los duelos cara a cara

en mitad de un salón

apuntándonos con los labios

directamente al corazón.




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