lunes, 1 de septiembre de 2014

Indeterminismo veraniego.

No habitúo a despedirme del pasado, no al menos a recordarlo como tal. Pero Agosto sonaba tan bien que me resulta imposible no sentir "morriña" (como se dice en mi tierra) de esas puestas de sol a las diez. Pero que os voy a contar, si así me contradigo y me niego a mirar atrás por miedo a querer quedarme y a, aparentemente, no poder hacerlo. He estado pensando en esto todo el día, podría haberme quedado en aquel Domingo, sin la posibilidad de traspasar esa frontera horaria, por gusto, por placer o por pura lógica. No lo hagas, si no quieres. Por que al fin y al cabo, depende de ti, no? Quiero decir, y es totalmente aplicable. Somos libres de actuar de principio a fin como nosotros decidimos, o esa es al menos, la teoría que yo ,personalmente, apoyo. En el remoto caso de que esto fuera cierto. Por que nos limitamos a vivir insatisfechos con nuestros actos o con lo que tenemos? si, al fin y al cabo, y dentro de unos márgenes lógicos, es lo que hemos decidido. Yo, partiendo de esta idea, me reescribo y recompongo en ello para crear un nuevo principio y no tener que decir adiós al Verano. Me explico, puede que las puestas de sol cambien de hora, pero solo habrá que cambiar un poco la rutina, buscar el sol por las mañanas o esquivar la lluvia si es que ha decidido mojarnos, para seguir viviendo en un Verano permanente. Si quieres portar poca ropa, desnúdate en cuanto puedas, o busca una excusa para subir la temperatura. Lo cual puede llegar a ser mucho más divertido que tener a tu alcance todo hecho. Si al fin y al cabo nos gustan las cosas complicadas, busquemoslas así. Resignémonos unicamente a cambiar el ritmo horario, o a romper la rutina por obligación , y hagamos de el resto del tiempo un juego de estaciones al alcance de nuestra mano. Que al fin y al cabo, la playa, está todo el año, aunque las mareas, cambien de nombre.

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